n nuestros dos centros de producción totalmente integrados nos ocupamos de todas las fases de la transformación de la patata.

Para ello, combinamos el rendimiento con el respeto de las más estrictas normas de higiene y calidad. Utilizamos líneas multifuncionales que nos aportan la flexibilidad precisa para adaptar nuestros procesos a las características concretas de cada producto (coloración, rebozado, pelado, tipo de aceite, etc.).

El término «desperdicio» no existe en nuestro vocabulario cuando se trata de transformar las patatas en productos deliciosos. En cada eslabón de la cadena, sacamos el máximo partido de la materia prima, a la vez que revalorizamos o reciclamos todo aquello que no se utiliza (piel, peladuras, almidón, etc.).

Cada planta dispone de su propia depuradora en la que se tratan las aguas utilizadas en la producción. Contamos con instalaciones anaerobias en la que fabricamos biogás, con el cubrimos el 5 % del consumo energético de nuestras infraestructuras.

Y nuestro control se mantiene hasta el almacenamiento de los productos terminados. Dos congeladores (CIMAT) de 12 plantas protegen los productos a una temperatura constante de -21 °C. Totalmente automatizados e informatizados, garantizan un control absoluto de la cadena de frío y el respeto del principio FIFO (First In First Out).